Otorgar a los jóvenes oportunidades para convertir sus talentos y pasiones en proyectos de impacto es un factor fundamental cuando se abordan desafíos sociales cruciales tanto a nivel comunitario como global. No obstante, investigaciones sugieren que hay una falta de apoyo multidimensional hacia los jóvenes para convertirse en ciudadanos activos e innovadores sociales. Las dimensiones más importantes son las siguientes:

• Carencia de modelos a seguir: Importantes modelos, como padres y maestros, no suelen ser conscientes sobre las oportunidades que rodean el emprendimiento e innovación social. Esta falta de conciencia trae consigo poco o nulo interés para realizar actividades empresariales, o incluso actitudes sociales negativas que son un obstáculo para iniciar un emprendimiento. (Schleicher, 2015).
• Falta de habilidades: La educación básica y programas de capacitación no son suficientes para desarrollar actitudes y habilidades empresariales. A pesar de que hay algunas mejoras en dicha área, casi siempre se capacitan estudiantes para trabajar como empleados y no para desarrollar un emprendimiento. (Potter, 2008).
• Carencia de recursos: Los jóvenes normalmente tienen falta del capital humano, financiero y social necesario para comenzar y desarrollar un proyecto o emprendimiento social. Además, puede ser que ellos cuenten con menos experiencia en negocios y sobre cómo administrarlos, comparándose con individuos de mayor edad. También los mercados financieros rara vez consideran apoyar proyectos o negocios jóvenes, y las empresas lideradas por jóvenes suelen enfrentar «discriminación» en los mercados, con clientes escépticos sobre la calidad de sus productos y servicios (Schleicher, 2015).
• Falta de conexiones: Es posible que los jóvenes tengan conexiones de negocios y capital social para los mismos limitadas. Esto puede traer consecuencias para iniciar y desarrollar sus negocios y construir «legitimidad» entre las partes interesadas clave. (Schleicher, 2015).

A través de la organización y realización de eventos y talleres sobre emprendimiento social, llevar a cabo programas de incubación que ayuden a prototipar y validar modelos de negocio y su impacto, y nutrir esta comunidad global de emprendedores sociales resilientes cuyas historias crean conciencia sobre su sector, el SIA atiende las 4 dimensiones y permite directamente a los jóvenes encontrar su potencial como agentes de cambio.

El éxito de este enfoque queda marcado por nuestros datos sobre nuestro impacto cuidadosamente medido. Desde su concepción, el SIA se ha convertido en una de las comunidades más grandes del mundo de emprendedores sociales jóvenes, apoyando a aproximadamente 10,000 emprendedores al año, e incubando a más de 1,000 proyectos provenientes de más de 25 países de Europa, África y Asia Central.